El pueblo de Uquía se encuentra ubicado en la Quebrada de Humahuaca, a unos 116 kilómetros de la Capital provincial (San Salvador de Jujuy). Se accede por la Ruta Nacional 9 y está a más de 2800 m.s.n.m. Originalmente estuvo habitada por los originarios uquías, de quien tomó su denominación.
La
Quebrada de Humahuaca fue declarada Patrimonio Cultural y Natural de la
Humanidad en 2003 y tiene una historia de más de 10.000 años. La mejor época
para visitar la Quebrada y todos los pueblos que la componen es en invierno,
que es frío y seco, pero no se producen precipitaciones. El verano es cálido
precipitaciones que pueden producir el cierre de algunos caminos.
Consejo
1:
otras opciones a los vehículos terrestres son el avión y el tren. En caso de
viajar en avión deberá hacerlo hasta el Aeropuerto Internacional Gobernador
Horacio Guzmán (cercano a la capital) y combinar con micros de larga distancia.
En caso de viajar en tren, se debe sacar pasaje con anticipación y parte desde
Retiro (Buenos Aires) y llega a San Miguel de Tucumán donde deberá combinar con
micros hasta Jujuy (varias empresas llegan hasta la Quiaca, límite con Bolivia,
y tienen paradas en el camino).
¿Qué hacer en Uquía?
Uquía puede recorrerse en medio día, salvo que se decidan realizar caminatas a los cerros cercanos. Aquí el tiempo va a depender de las aventuras que cada uno quiera emprender. El pueblo por su parte atesora un testimonio único del encuentro entre dos culturas, materializado en
forma de conquista y dominación.
Los
muros originales y blanquecinos, de adobe y un metro de ancho, de su Iglesia de
la Cruz y San Francisco de Padua, edificada en 1691 (Monumento Histórico
Nacional desde 1941) exhiben un tesoro artístico de gran valor, se trata de una
de las dos únicas colecciones del país de Ángeles Arcabuceros, pinturas
realizadas en el siglo XVII por indígenas de la Escuela Cuzqueña. Los ángeles
tienen rostros de belleza adolescente, tal vez femenina, tal vez masculina, con
alas celestiales. Pero además llevan sombrero de ala ancha y trajes de brocado
bordado en oro similar a los de los soldados de Carlos II en el siglo XVII. Y
como detalle final, portan al hombro un gran arcabuz. Son nueves pinturas en
total. El orden de exposición de los mismos es, desde el coro hasta el altar,
el siguiente: En la pared lateral norte están los cuadros de Rafael, Gabriel,
Uriel (San Miguel Arcángel) y Hoziel. En la pared lateral sur se encuentran los
cuadros de Yeriel Timor (temor) Dey, Oziel Oblacio (ofrenda) Dey, Eliel
Potentia (poder) Dey, Salamiel Pax (paz) Dey, Oziel Fortitudo (fuerza) Dey.
Estos ángeles proceden del concepto medieval y oriental que concebía a Dios
como un monarca rodeado de ministros, milicias e intermediarios entre Él y los
hombres encargados de transmitir su voluntad. La torre se encuentra
separada del edificio principal. El altar mayor del siglo XVII está tallado a
mano en madera y dorado a la hoja.
Uquía no es solo famosa por los ángeles arcabuceros de
las pinturas cuzqueñas que adornan la iglesia, sino también por los estratos
rocosos de sus cerros que encierran un invalorable tesoro paleontológico.
Ocurre que estos estratos tienen una antigüedad de entre 1 y 3 millones de años
y registra el paso de los primeros mamíferos que emigraron desde Norteamérica
cuando se unieron las dos Américas. Hasta entonces América del Sur se
encontraba como una gran isla completamente rodeada por mares y la fauna había
evolucionado aisladamente durante millones de años, principalmente animales
herbívoros como perezosos gigantes, milodontes, glossotherium y otras bestias
parecidas que dejaron su recuerdo en los estratos rocosos de Uquía.
El Molino. Obra de los jesuitas del siglo XVII. Ha
sido restaurado y los actuales dueños lo utilizan y permiten las visitas. Se
encuentra en La Banda, a 200 metros del pueblo de Uquía. Para acceder a él se
debe cruzar el puente del Río Grande.
Se encuentran en Uquía, las reservas arqueológicas,
ruinas y pircas de una población indígena prehispánica asentadas en peñas Blancas,
y otros atractivos turísticos como el cerro de las Señoritas y la quebrada del
Eco.
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